Línea 114
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114
El ministro de Seguridad de Honduras, Doctor Héctor Gustavo Sánchez Velásquez, el día que fue lanzada la Línea 114.
Entre el miedo y la esperanza: un viaje a través del corazón de la línea 114 en el Distrito Central
En Honduras, la violencia de género sigue siendo uno de las problemas sociales más alarmantes. En ese contexto, la Línea 114 de la Policía Nacional se ha erigido como un recurso vital para las víctimas que buscan protección y justicia.
Tegucigalpa | Honduras. En las sombrías y bulliciosas calles del Distrito Central de Honduras, donde las sombras de la violencia de género acechan en cada esquina, la Línea114 de la Policía Nacional emerge como un faro de esperanza.
Este número no es solo una línea de emergencia, sino un vínculo crucial entre el pavor y la esperanza, un salvavidas para mujeres y menores atrapados en un ciclo implacable de abuso.
Un despertar de urgencia
Cada llamada que entra a la Línea 114es un grito desesperado en la penumbra de la noche, un llamado de auxilio que activa una maquinaria de respuesta meticulosamente organizada. Establecida en 2005 y perfeccionada en 2015 con su integración al sistema 911.
La Línea 114 ha evolucionado para convertirse en una herramienta esencial en la lucha contra la violencia de género.
Su misión es clara: proporcionar asistencia inmediata y efectiva a quienes la necesitan, sin importar la hora del día o de la noche.
Durante el primer semestre del año 2024, la Línea 114 recibió un total de 9,594 llamadas. Estos números no solo reflejan la carga de trabajo del servicio, sino también la creciente demanda de ayuda en un contexto de violencia sexista.
Sacrificio en el silencio
Las y los agentes que responden a estas llamadas están en la primera línea de una batalla silenciosa y constante. No solo enfrentan el estrés de situaciones de alta urgencia, sino que también llevan el peso de sacrificios personales profundos.
ESTADÍSTICAS DE LAS DIFERENTES LLAMADAS Y DETENIDOS
Línea 114 de la Secretaría de Seguridad.
Historias de rescate: Luz en la oscuridad
Cada rescate realizado por la Línea 114 es un acto de valentía que ilumina la oscuridad de la violencia.
En Danlí, El Paraíso, una mujer vivía confinada en su hogar, bajo la constante amenaza de su agresor. La intervención de la Unidad Departamental de Policía Nº7 (UDEP-7) fue crucial para liberarla y trasladarla a un refugio seguro. La ciudadanía de dicho sector, conmocionada por la valentía de los agentes y la gravedad de la situación, se unió para apoyar a la mujer y a sus hijos, quienes también habían sido víctimas de abuso.
Casas refugio
Otro caso, en Las Lajas, Comayagua, demuestra el impacto tangible de la Línea 114 en la protección infantil. Cuatro menores, de entre dos y nueve años, fueron encontrados en condiciones de desnutrición y abandono debido a la hospitalización de su madre. La llamada de emergencia realizada por una defensora de derechos humanos permitió que los agentes de la Unidad Departamental de Policía Nº3 (UDEP-3) los rescatara y los trasladara a un refugio seguro. Este caso subraya la importancia del servicio y la vigilancia comunitaria en la protección de los más vulnerables.
El impacto de la pandemia: un desafío heroíco
La pandemia de COVID-19 trajo consigo un aumento alarmante en las llamadas a la Línea 114, exacerbando la violencia doméstica debido al confinamiento. A pesar de los riesgos de contagio y las restricciones impuestas, los agentes continuaron operando sin descanso. Adaptaron sus protocolos para coordinar traslados de víctimas a refugios y juzgados, demostrando una flexibilidad y un compromiso admirables en tiempos de crisis. El aumento en el número de llamadas reflejó la creciente necesidad de apoyo durante la pandemia, y la capacidad de la Línea 114 para adaptarse a estas circunstancias extremas fue un testimonio de su resiliencia.
Capacitación y protocolos: el pilar del servicio
El manejo adecuado de cada denuncia requiere una capacitación especializada en temas de género. Los operadores de la Línea 114 reciben formación integral que les permite tratar cada caso con la empatía y el respeto que las víctimas merecen. Esta capacitación es esencial para evitar la revictimización y garantizar que cada caso reciba la atención adecuada. La formación continua es fundamental para mantener altos estándares de calidad y asegurar que el servicio siga siendo efectivo y sensible a las necesidades de las víctimas.
La Línea 114 se erige como un pilar crucial en la lucha contra la violencia de género en Honduras. A pesar de los desafíos significativos y los sacrificios personales profundos, el servicio ha demostrado ser eficaz en la respuesta a emergencias y en la protección de quienes buscan ayuda. Sin embargo, para mejorar la eficacia del servicio, es imperativo invertir en recursos adicionales y fortalecer la infraestructura, especialmente en áreas rurales donde los tiempos de respuesta son más largos.
Tegucigalpa, Honduras.
En las patrullas policiales de Tegucigalpa viaja una sobreviviente de violencia, una guerrera que dedica su vida a servir y proteger. ¿Quién más podría atender a las mujeres que sufren maltrato y violencia de género con total empatía y sin revictimizarlas ni caer en la conmiseración que una mujer que sobrevivió a la violencia y ahora dedica su vida a defender y proteger a las mujeres?
Ese es el caso de la agente de policía Loorkin Nieto, asignada a la Unidad Policial de Atención en Genero (UNPAG). “Estoy asignada a la Unidad Policial de Atención en Genero (UNPAG) en donde trato con personas que han sido o siguen siendo víctimas del maltrato familiar, es una área muy bonita porque puedo apoyar y ayudar a estas personas”, sostiene la agente de la Policía Nacional.
Antes de ingresar a la Institución Policial, sobrellevó la violencia de género que sufría por parte de su padrastro, en el camino se hacía muchas preguntas:
¿Cómo salgo de esto?, ¿Qué hago?, ¿Cómo lo supero?, se preguntaba.
Pasaba sola en su casa mientras su mamá trabajaba. “Pasaba cuidando a mi hijo, a mi sobrino; mi hermana menor, hija de él, pasaba en el colegio; mi padrastro era agresivo. Es algo que no se olvida, pero sí puede superarse.
Me aboqué a un policía que pudiera apoyarme y orientarme en donde podía solicitar ayuda en este entonces. Con el tiempo comencé a ser parte de la Policía Nacional”.
La agente explicó que hay siete tipos de violencia doméstica; patrimonial, física, psicológica, económica, verbal, sexual aun desde que su pareja, amigo, novio, papá mamá ya se considera un tipo de violencia y también hay centros de ayuda de refugio como Ciudad MUJER y refugios administrados como los de Visitación Padilla. Concluyó diciendo que hay que denunciar este tipo de hechos.
“Busque ayuda, no es una obligación pero si es un derecho hay que enseñar a los hijos el respeto a la mujer y hombres tienen ya que también son víctimas.
¿Cómo es la prevención?
La sub Oficial Corrales tiene más de 25 años de experiencia en prevención. Su trabajo es disminuir la violencia doméstica y familiar, evitar que las mujeres sean víctimas, apoyándoles al darles acompañamiento hasta llegar a los juzgados.
“Al momento de interponer la denuncia es muy recurrente que al no darle el debido seguimiento, estas regresen con sus agresores”.
“Se está trabajando en capacitaciones para lograr la prevención desde los centros educativos ya que desde ese momento se puede sufrir maltrato como ser invasión a la privacidad al solicitar la clave del celular o restringir su libertad en algún sentido”
La violencia intrafamiliar no solo es de hombre a mujer, también se efectúa, al contrario, hay mujeres que le quitan todo el salario a sus maridos y también son víctimas de maltrato en todos los aspectos, explicó la suboficial.